Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Film review, 1948

11/8/23 | |

Hoja de afeitar 

Yo posaba desnuda, cada día, entre las nueve y el mediodía. Y cada día, un hombre sentado al extremo izquierdo de la primera fila me dibujaba durante tres horas. Luego, exactamente a mediodía, él sacaba de su bolsillo una hoja de afeitar y, sin quitarme los ojos de encima, rasgaba meticulosamente su dibujo. Yo no me atrevía a moverme, yo lo miraba hacer. Enseguida él dejaba el taller, abandonando detrás de sí los pedazos de mí misma. La escena se repitió doce veces. El décimo tercer día no vine a trabajar.
Sophie Calle (traducción libre de uno de los textos de esta artista francesa aparecido en Des histoires vraies, Actes Sud, 2002.). 

Ronca, tú ronca, maldita 

 Coral ronca por las noches. Coral es muy fácil de voltear cuando ronca por las noches, basta con la yema de dos deditos de nada para ponerla de costado y que cesen sus ronquidos. Es esto algo que me tranquiliza mucho porque pienso que el día que se porte mal, sólo tendré que esperar a que caiga la noche para sacarla rodando de la cama hasta la calle. 
Lenisio Dimas.