Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

CUGAT PARTY, con bombacha

25/12/06 | |

CH. Ponete bombacha, por lo menos

A mi amiga se lo dije una y mil veces: “Martita: no entres sin bombacha en el barrio japonés. Y para colmo con una pollera suavecita, acampanada y traslúcida. Mirá que allá la Yakuza patrulla días y noche. Se van a dar con vos todos los gustos, hasta los más peregrinos. Una blanquita dócil les va a venir de perillas y hasta de periquete. No entres sin bombacha al barrio japonés, Martita”.
Pero ella no me hizo caso. La fiesta duró tres días. Aunque eran japoneses aquello parecía el Año Nuevo Lunar chino. O Raigón durante la ofensiva de Teth en 1968. Encontraron sólo el esqueletito. Parece que luego de refocilarse con ella, desde el punto de vista sexual, se la comieron cruda mezclada con pescado. También fue sushi. De manera casi tradicional. Abundantes libaciones de sake, petardos y gritos jolgoriosos.

- Bueno, pero por lo menos murió en su ley- comentó Analía-. Por fin un cuentito degenerado que termina bien.
Alberto Laiseca