Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Y él entró...

8/4/12 | |

Leoncio soñaba que dormía en la cama y que ahí soñaba que por un descuido se quedó dormido sobre el escritorio y que ahí soñaba que dormía en la cama y que ahí soñaba que por un descuido se quedó dormido sobre el escritorio.
Luis Fayad (Colombia).

Castigo eterno
Las puertas del infierno se abrieron y él entró, envuelto en un halo de incógnitas. Pero lo desconcertaron la inesperada bienvenida y el entusiasmo de la novedad, y le ocurrió lo que a todos los anteriores: al calor del momento decidió quedarse allí para siempre.
Guillermo Farber.