Dante: Adiós, dulce maestro.
Virgilio: ¡Cómo! ¿Y el purgatorio? ¿Y el Paraíso?
Dante: ¡Para qué! Quien conoció el Infierno ya no tiene ningún interés en el Purgatorio. Y, respecto del Paraíso, sabe que es la ausencia de infierno.
Personas sacrificadas
El único antídoto contra el temor de la muerte es que la vida se nos vuelva intolerable. Xantipa, la mujer de Sócrates, preveía que su marido sería obligado a beber la cicuta. Se dedicó a hacerle la vida imposible sólo para que, llegado el momento de morir, Sócrates viese en la muerte una liberación y tomara la cicuta con la parsimonia que tanto iban a alabarle.
Marco Denevi.
Minificciones de "El Cuento, revista de imaginación", siguiendo el legado de Edmundo Valadés.
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