Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Toto, mangú y tostones

26/5/14 | |

¨Tu ojo izquierdo se desviaba cuando estabas cansada o enojada. Está buscando algo, me decías, y en aquellos días cuando salíamos se revoloteaba y daba vueltas de tal manera que tenías que ponerle el dedo encima para que parara. Estabas precisamente en esto cuando me desperté y te descubrí sentada en el borde de la silla. Todavía tenías puesto tu atuendo de maestra, pero te habías quitado la chaqueta y algunos botones de la blusa estaban abiertos de tal manera que se te veía el ajustador negro que te habías comprado y las pecas en el pecho. No sabíamos que eran los últimos días pero deberíamos haberlo sabido.¨

Fragmento de Flaca, de Junot Díaz, (perteneciente a su libro Así es como la pierdes).