Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Yo no te llamé de ninguna manera

15/11/14 | |

MEDUSA
Sylvia Plath


Lejos de esta lengua de piedras ígneas expulsadas por la boca,
Con los ojos puestos en blanco y cada vez más ciegos,
Siempre prestando oídos a las incoherencias del mar,
Albergas tu espantosa cabeza: bola de Dios,
Lente de piedades,

Tus secuaces
Moldeando sus células salvajes a la sombra de mi quilla,
Presionando de cerca como corazones,
Un estigma rojo en el mismísimo centro,
Navegando contracorriente hasta el lugar más cercano de partida,

Arrastrando su larga cabellera de Cristo.
¿Habré escapado al fin?, me pregunto.
Mi mente serpentea como una espiral hacia ti,
Viejo ombligo cubierto de percebes, cable transatlántico
Que, al parecer, te mantienes en un estado milagroso.

El caso es que siempre estás ahí,
Trémula respiración al otro lado de mi línea,
Curva de agua que manas
Ante mi vara de zahorí, deslumbrante y agradecida,
Afectuosa y absorbente.

Yo no te llamé.
Yo no te llamé de ninguna manera.
Y aun así, aun así viniste
Cruzando el mar como una borrasca,
Gruesa y roja, una placenta

Que paraliza el combate de los amantes,
Luz de cobra
Oprimiendo las campanillas de sangre de la fucsia
Hasta cortarles el aliento. Yo tampoco podía respirar,
Arruinada, muerta como lo estaba,

Sobreexpuesta, igual que una radiografía.
¿Pero quién te crees que eres?
¿La Sagrada Forma? ¿La Virgen Llorona?
No pienso probar ni un solo bocado de tu cuerpo,
Botella en la que vivo,

Siniestro Vaticano.
Estoy harta, asqueada de sal caliente.
Tus deseos, verdes como eunucos,
Silban continuamente recriminándome mis pecados,
¡Fuera, fuera, tentáculo anguila!

No hay nada entre nosotras.

16 de octubre de 1962.
En Poesía completa.
Traducción de Xoán Abeleira.