Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Bisama, por estos días en Bogotá

26/3/15 | |

DEATH METAL
Álvaro Bisama (Chile).

A él lo conocíamos de esa época, de cuando escuchábamos a Kreator. Era más bien pavo, huevoncito. Pendejo. En la universidad cambió. Eso pasa cuando algunos se van del pueblo. Se convierten en otras personas. Yo creo que él no era demasiado inteligente. Por eso le pasó lo que le pasó. Yo no sé mucho. Me sé la parte de acá. A veces se juntaba con nosotros. Íbamos a esa botillería que quedaba cerca del cerro y comprábamos una garrafa y nos pasábamos la noche en la línea del tren. Una vez una locomotora que venía con las luces apagadas casi nos mata. Llevaba fierros para esas fundiciones que hay cerca de San Felipe. Fue una sombra que nos curó la resaca y nos llenó de espanto. Fue una ballena negra atravesando el pueblo de noche como una pesadilla concreta.
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