Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Un fragmento de Sam Shepard y Paris, Texas

14/6/18 | |

TRAVIS
¿Puedo contarte una cosa?
JANE
Claro, lo que quieras.
TRAVIS
 Es un poco largo.
JANE
Tengo tiempo de sobra.
TRAVIS
Conocí a unas personas.
JANE
¿Qué personas?
TRAVIS
 Una pareja. Estaban muy enamorados. La chica era muy joven, unos 17 o 18 años. Él era bastante más mayor, era un poco salvaje y rebelde. Ella era muy guapa, ¿sabes?
JANE
Si.
TRAVIS
 Y juntos convirtieron todo en una aventura. A ella le gustaba, incluso ir al supermercado se convertía en una aventura. Siempre estaban riendo por tonterías. A él le encantaba hacerla reír, y no se preocupaban de lo demás, porque lo único que querían era estar juntos. Siempre estaban juntos.
JANE
Parece que eran muy felices.
TRAVIS
Si, lo eran. Eran muy felices, y él la quería más de lo que creía posible. No soportaba estar lejos de ella durante todo el día cuando iba a trabajar. Dejaba los trabajos por estar con ella en casa, y buscaba otro trabajo cuando se terminaba el dinero, y lo volvía a dejar. Al poco tiempo, ella empezó a preocuparse.
Más, aquí.