
Esta mañana, al bajar del tren, leí en la banderola: «XXXIXª edición de la Feria del Crimen de Saint-Naz». Hace treinta y nueve años, yo aún no había nacido. Al parecer,el mundo era entonces muy diferente. Los viejos del lugar dicen que la feria tampoco es lo que era.
Antes de ocuparme de las dos o tres cosas que había venido a hacer, cumpliendo con el ritual, me di una vuelta entre los stands, husmeando por ahí en busca de sorpresas y novedades.
Este año han instalado a los asesinos a sueldo en un soberbio pabellón acondicionado en su honor: cincuenta stands alineados impecablemente que ofrecen los servicios de esa honorable corporación a precios más o menos populares. Todos los profesionales del ramo se han dado cita aquí; de hecho, reconocí a cuatro o cinco de los mejores. Los curiosos se apelotonaban para ver a las estrellas pavonearse en sus sillones mientras bebían como cosacos. Pregunté las tarifas por simple curiosidad. Deshacerte de un don nadie te sale como mínimo por 25n000 euros, pero, si se trata de alguien conocido, los precios se disparan. En nuestros días, un VIP puede alcanzar los 80n000, gastos incluidos. Sin embargo, algunos principiantes, que no pueden evitar ese aire de matones recién salidos de una película de Lautner, rompen los precios para intentar recuperar los gastos de alquiler del stand. Los comienzos nunca son fáciles.
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Tonino Benacquista
Imagen de La Vie Parisenne.
Antes de ocuparme de las dos o tres cosas que había venido a hacer, cumpliendo con el ritual, me di una vuelta entre los stands, husmeando por ahí en busca de sorpresas y novedades.
Este año han instalado a los asesinos a sueldo en un soberbio pabellón acondicionado en su honor: cincuenta stands alineados impecablemente que ofrecen los servicios de esa honorable corporación a precios más o menos populares. Todos los profesionales del ramo se han dado cita aquí; de hecho, reconocí a cuatro o cinco de los mejores. Los curiosos se apelotonaban para ver a las estrellas pavonearse en sus sillones mientras bebían como cosacos. Pregunté las tarifas por simple curiosidad. Deshacerte de un don nadie te sale como mínimo por 25n000 euros, pero, si se trata de alguien conocido, los precios se disparan. En nuestros días, un VIP puede alcanzar los 80n000, gastos incluidos. Sin embargo, algunos principiantes, que no pueden evitar ese aire de matones recién salidos de una película de Lautner, rompen los precios para intentar recuperar los gastos de alquiler del stand. Los comienzos nunca son fáciles.
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Tonino Benacquista
Imagen de La Vie Parisenne.