Quémense lombrices de tierra sobre una teja que se mantendrá al fuego hasta que se ponga al rojo. Recójanse después las cenizas de las lombrices quemadas de esa manera. Métanse dichas cenizas en las caries de los dientes adoloridos y recúbranse con cera. Caerán inmediatamente sin producir daño alguno.
Para conseguir que el vino deje de gustar a algún borracho
Obténganse los huevos de una lechuza (bien entendido que cuantos más se encuentren en el nido, la cosa saldrá mejor). Hiérvanse del todo y dense a comer al borracho. El vino le dejará de gustar, sobre todo si es joven, y no volverá a probarlo nunca más
Tomado de Saberes útiles, Almanaque del Padre Ubú (Todo Ubú, Alfred Jarry. Traducción de José-Benito Alique.).