
Las más grandes y populosas urbes del mundo se hallan, al fin, sumidas en un silencio profundísimo; inusitado: Ni ruido de herramientas en sus casas, ni sonidos de pasos o de máquinas en sus calles. Como si sus paredes y muros, esquinas y jardines se hallaran a prueba de ruidos. Como si algo, algún aparato potentísimo, desde cierto lugar, absorbiera todo lo que perturbara el profundo y hondo silencio de sus edificios y arterias. . .
Según estadísticas, el porcentaje más alto de suicidios es causado por el profundo silencio circundante.
Florentino Chávez.
Tomado de El libro de la imaginación, de Edmundo Valadés.