"Aunque se trataba de un instante que a él le encantaba, el exquisito instante anterior a cualquier acto, cuando todo es aún posible, antes de que la vida tome ese u otro derrotero, hacia el pesar o la dicha, hacia un tipo u otro de permanencia. Era un instante maravilloso, seductor,
importante..., un instante que valía la pena preservar, y él sabía que ella lo sabía tan bien como él y que quería que durara tanto como el quería que durara."
Fragmento de
El mujeriego, relato de
Richard Ford, incluido en
De mujeres con hombres. Traducción de Jesús Zulaika.