Anoche cuando volvía a casa, me pareció que había desembocado en la calle
Tucumán del siglo pasado, aún más pueblerina y más pobre que la actual. En este
país, que hasta ayer progresaba, la situación se repite de vez en cuando, y uno se
encuentra en lugares cuya desolada modestia corresponde a un álbum de fotografías
viejas.
Adolfo Bioy Casares, Guirnalda con amores.