Me secuestraron los gitanos. Mis padres me rescataron. Luego los gitanos
volvieron a secuestrarme. Esto duró un tiempo. Un minuto estaba en la caravana,
mamando de la oscura teta de mi nueva madre, y acto seguido me encontraba
sentado en la inmensa mesa del comedor, tomando mi desayuno con una cuchara
de plata.
Charles Simic.