40
—Déjenme tranquilo —dice Luder a sus amigos que lo sorprenden tendido de espaldas en la azotea mirando el cielo estrellado—. Este es uno de los pocos recursos que me quedan para entrar en tratos con el infinito.
47
—Quizás sólo en el instante de morir —dice Luder—recibamos la llave del cofre donde está guardado el libro que contiene el secreto de la verdad. Pero ya no podremos transmitir ni la llave, ni el libro, ni el secreto, ni la verdad.
70
—Me he dado cuenta que cometo siempre los mismos errores —dice Luder—. Lo que es una gran comodidad: el discurso de arrepentimiento lo tengo ya preparado.
Julio Ramón Ribeyro, DICHOS DE LUDER.
Fotografía de Giovanni Clavijo.