Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea.
De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.
¿EL AMOR, ENTONCES,
también se acaba?
No, que yo sepa.
Lo que sé
es que se transforma
en una materia prima
que la vida se encarga
de transformar en rabia.
O en rima.
Paulo Leminski.
Traducción de John Galán Casanova.