Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Huellas

6/7/25 | |

Huellas 


 Aquella papelera volcada. La pintada en el muro, como una indescifrable maldición. Varias colillas en la tierra, alrededor del árbol. Un periódico doblado sobre un banco. Una pelota pequeña flotando en el estanque. La marca del carmín en el borde de la taza. Un calcetín de niño colgando de la verja. Un escupitajo sanguinolento. La cicatriz del frenazo en el asfalto. Humedad en la almohada. Este relato.

José María Merino.