Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

"Ahora es demasiado tarde, princesa"

15/12/13 | |


Dos fragmentos de Fuga sin fin, de Joseph Roth (traducción de J.L. Vernal, Acantilado):

"Para vivir plenamente necesitaba situaciones complicadas. Necesitaba la atmósfera de mentiras intrincadas, falsos ideales, salud aparente, firme podredumbre, fantasmas pintados de rojo, la atmósfera de los cementerios que tienen aspecto de salones de baile, o de fábricas, o de palacios, o de escuelas, o de salones. Necesitaba la cercanía de los rascacielos cuya desaparición se presiente, pero cuya existencia está asegurada por siglos."

"— Supongamos que la encuentras; es feliz en su matrimonio, probablemente ama a su marido con ese amor que se compone de costumbre, agradecimiento, afinidades vividas en común, y de la experiencia corporal que viene de las numerosas horas de amor, de la pasión que estalla de vez en cuando, de la confianza que hace desaparecer la vergüenza. ¿Crees tú que iría corriendo a echarse en tus brazos, sólo por el agradecido recuerdo de un noviazgo enterrado? ¿La quieres tú acaso con una pasión que justifique el que ella hiciese eso? Y, sobre todo, ¿lo desearías?"