Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

A mí también...

10/7/16 | |

"Me gusta mi cama. Me gusta estar tumbado sobre mi cama y mirar el techo plácidamente. De buena gana le dedicaría lo esencial de mi tiempo (y principalmente de las mañanas) si ocupaciones consideradas más urgentes (me resultaría fastidioso hacer la lista) no me lo impidieran tan a menudo. Me gustan los techos, me gustan las molduras y los rosetones: a menudo me sirven de musa y la maraña de las florituras de estuco me remite fácilmente a esos otros laberintos que tejen los fantasmas, las ideas y las palabras."
De Georges Perec, en Especies de espacios.