Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Los zapatos suenan...

4/7/16 | |

De noche

Durante la ausencia de la mujer amada
las tinieblas, totalmente enloquecidas, se apoderan de sus
                         piernas,
se deslizan en los zapatos de hielo
y empiezan a bailar desde tu cama
hasta la inmensa sala del insomnio...

Los zapatos suenan, dan vueltas, patean, retozan
sin piedad, abiertamente, y eso dura
y se sienten bien, bailan sin duda el uno con el otro.

Tu amor sin fe sólo les ayuda
de los celos al adulterio.
Los oyes toda la noche, y más y más te hielan,
y no empiezan a fundirse hasta el momento
de volver hacia ti...

VLADIMÍR HOLAN/Versión de Clara Janés.