Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

"Expiarás para siempre el haberte encendido"

2/9/16 | |

Sentencia

La baba te dará su miel oscura.
El carbón tiznará tus hombros claros.
El agua amasará tu sacrificio
sin apagar tu sed ni aplacar tu amargura.

Tendrás humores, pues tendrás un cuerpo.
Pisarás firmemente con tu efímero polvo.
Negarás tantas veces que serás afirmado
de lo mismo que niegas y lo mismo que huyes.

Nadie dirá: “lo he visto, lo he tocado en su centro”.
Vivirás prisionero de tu ser escondido.
Dudarás de ti mismo, sufrirás de tus ojos,
cantarás sin que nadie te mitigue la frente.

No alzarás la mirada ni pedirás sosiego.
Ni paz a tus pulmones ni reposo a tu sangre.
No dirás: “he vivido, dadme un poco de olvido”
porque la luz está sellada con tu nombre.

Arderás, lucharás, comerás de tus codos.
El luto ceñirá tu esplendor ceniciento.
Tu eternidad y espacio te colman y saludan:
Expiarás para siempre el haberte encendido.

Héctor Rojas Herazo.