Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Fuegos cortos

24/9/20 | |

1
Y entonces vuelves, pero todo ha cambiado, los libros ya no están en el mismo sitio, el polvo cubre tus cosas, tu lugar ya no existe. Intentas acomodarte, enciendes la radio, por tres minutos te pierdes en esa canción que te habla de que donde hubo fuego cenizas quedan.
2
Y hablas con ella, al fondo se escucha una cuchara raspando la pega del arroz. Y te cuenta que hace seis días que alguien golpeó a su puerta varias veces. Tuvo miedo, corrió hasta su cama y se cubrió con la cuatro tigres que le regalaste para su cumpleaños número 30. Esa noche tuvo pesadillas y te puteó varias veces por haberla abandonado.
En la imagen, obra de Francisco Toledo.