Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Lord Mystery

25/4/25 | |

 Lord Mystery
Dotado como ninguno para las artes circenses, el aristócrata inglés al que llamaremos Lord Mystery era capaz de realizar un triple salto mortal, de sostener hasta doce platillos girando simultáneamente, de asombrar a los espectadores con su magia, de hacerse obedecer por ocho leones y quince tigres encerrado con ellos en la jaula, de mantener en el aire dos ceniceros, un libro y cuatro pelotas livianas, pero no podía enamorarse, quizás porque no era un truco ni una ilusión, y tampoco dependía de su habilidad.
Ana María Shua.