Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Fragmentos de El desierto de los tártaros (II)

10/5/25 | |

Más fragmentos de El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati:

 "En estos años, mientras él estaba en la Fortaleza, habrá perdido muchas buenas ocasiones, pero Giovanni es todavía joven, le queda todo el tiempo posible para remediarlo."

" —Sí, hace demasiado calor —respondió con voz átona, y ambos se dieron cuenta de que todo había acabado. Ahora estaban otra vez lejos, entre ellos se abría un vacío, en vano alargaban las manos para tocarse, la distancia aumentaba cada minuto."

" Giovanni espera paciente su hora, que nunca ha llegado, no piensa que el futuro se ha abreviado terriblemente, ya no es como antaño, cuando el tiempo por venir podía parecerle un período inmenso, una riqueza inagotable cuyo derroche no presentaba ningún riesgo."

" Armándose de fuerza, Giovanni endereza un poco el busto, se ajusta con una mano el cuello del uniforme, echa aún un vistazo al exterior de la ventana, una brevísima mirada, para su última porción de estrellas. Después, en la oscuridad, aunque nadie lo vea, sonríe."