Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Sus últimas lecturas (en medio de la FILBO)

8/5/25 | |

SUS ÚLTIMAS LECTURAS 


Solo y aterrado, en una noche lluviosa, falleció de un ataque cardiaco mientras leía. Alrededor del sillón de lectura estaban desparramadas las obras completas de Edgar Allan Poe, de H. P. Lovecraft, de Bram Stoker. Durante el entierro, con muy escasa concurrencia, el orador fúnebre hizo notar que el muerto fue sin duda el más sensible crítico literario que jamás haya existido, un espíritu fino. Los crujidos del ataúd cuando era devorado por la tierra parecieron confirmar las palabras. 

René Avilés Fabila.