Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea.
De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.
Después del amor
Cuando el amor se vacía de sí mismo,
nuestros cuerpos se colman totalmente.
Durante una hora yacemos trenzando
el pulso y la piel,
como bebés que suspiran
y dormitan, ensoñados con leche.
Donald Hall.