Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

El espejo

21/12/25 | |

 EL ESPEJO

No es cierto que los ojos
sean el espejo del alma.
Si tal ocurriera,
los asesinos caerían fulminados,
y nada sucede
cuando el torturador cruza
y se peina.

OMAR ORTIZ.