Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

El arte de desgarrar

21/12/10 | |

BREVES APUNTES SOBRE EL ARTE DE DESGARRAR
Los perros me alcanzan y me destrozan la cara. Me cubro con las manos demasiado tarde. No puedo parar el chorro de sangre caliente y dulce. Acudo a un espejo y veo, por fin, mi cara: soy un perro. Tengo la boca untada de sangre, tengo los dientes mojados. Me lamo con regocijo. El sabor de la carne fresca me enloquece. El hombre ha dejado de gritar y no se mueve. Podemos seguir desgarrando a nuestro antojo.
Triunfo Arciniegas.

OFRENDA
Es tan hermoso que hiere mirarlo. Se desnuda como un dios en los bares. Las mujeres que cada noche le arrojan su ofrenda de monedas, enferman de una melancolía incurable.
Triunfo Arciniegas.
Ilustración de Sara Fanelli.