Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Isabel Sarli, tan bella era

22/12/10 | |

LA NIÑA EN EL BOSQUE

La niña desapareció en el bosque un viernes por la tarde, y el domingo papá me compró la bicicleta. No la conocía bien, aunque me atraía, aparte de la palidez y la belleza, su aire de desamparo y soledad, como si exhibiera un letrero que especificara su condición de fruto tardío de un matrimonio de viejos. La buscaron durante semanas. Cuando los periódicos dejaron de mencionarla, ya sabía pedalear sin tocar los manubrios. La policía archivó el caso y dos meses más tarde sus afligidos padres cerraron la casa y abandonaron la ciudad. Tal vez creyeron que no la merecían, tan bella era, tan fuera de tiempo. En todo caso, jamás regresaron a preguntar por ella. Ciertas noches de luna llena la oigo llorar entre los árboles. Mi mujer dice que la confundo con los gatos.
Triunfo Arciniegas.
En la foto, Isabel Sarli.