Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Al lector, Denise Levertov

24/8/25 | |

 Al lector
 
Mientras leés, un oso polar plácidamente
orina y tiñe
la nieve de azafrán;
 
mientras leés, algunos dioses
se acuestan entre hiedras: sus ojos de obsidiana
están mirando las generaciones de hojas;

mientras leés, el mar
está pasando sus páginas oscuras,
pasando
sus páginas oscuras.

Denise Levertov.