Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Fragmento de László Krasznahorkai

9/10/25 | |

Nacemos en un mundo cercado como una pocilga, continuó pensando con el cerebro zumbándole, e igual que los cerdos que se revuelcan en su propio fango no sabemos con qué fin nos apelotonamos en torno a las ubres nutricias, para qué luchamos encarnizadamente en el barro, por llegar al comedero o, al atardecer, al lugar donde dormir. Se abotonó el pantalón y dio unos pasos para que la lluvia le diera de lleno. «¡Lávame estos viejos huesos! —murmuró con tono de amargura—. ¡Lávalos porque este viejo meón ya no durará mucho tiempo!».

  
Fragmento de Tango satánico, de László Krasznahorkai, premio Nobel de literatura 2025.