Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Cartas payanesas

21/9/05 | |

Me topé mientras buscaba un libro para la clase de señalética, con algunas de las cartas que le escribrí y envié a C, cuando estuve trabajando en Popayán (hace ya tres años) y ella vivía en Bogotá. Aquí está una muestra, con algo de retoque, of course...