Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

El Transi por Guillermo Saccomano

13/8/05 | |

Un texto del escritor argentino Guillermo Saccomano, encontrado en El Ortiba.
"Cuando Transi ve a Diego piensa en la yarará. Transi tiene doce años. Le pusieron Tránsito, por Cocomarola, pero acá, en la capital, le dicen Transi, por lo transero. Acá, en la capital, para mantenerse a flote, como
los camalotes que veía bogar en el río desde el orfanato cerca del Paraná, hay que transar. Por Transi lo conocen en Corrientes y Florida, donde abre y cierra las puertas de los taxis por monedas. Transi, también le dicen los putos de Lavalle, Santa Fe y Marcelo T., cuando busca ganarse unos pesos más. Con los putos se gana más, pero conviene andar con cuidado, piensa Transi. A su manera, Transi es un solitario y no confía en nadie, ni siquiera en los pibes de su banda, en la que se ganó el respeto a las piñas y con una sevillana, sin importarle que le rompieran el tabique". LEER MÁS.