Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Luis Martín-Santos, imagen de Joe Sorren.

25/3/06 | |

"Marluscha, la cálida mujerona húngara, se precia de su inextinguible ardor amoroso, mucho más violento que lo habitual entre sus compañeras de sexo. Ella ama ininterrumpidamente y en su imaginación no se proyecta la sucesiva serie de imágenes voluptuosas, que a los demás habitualmente nos distraen, sino que de un modo fijo y constante, permanece la efigie de un húsar moreno de puntiagudos bigotes. Claudia, la refinada francesa de apellido vulgar, distingue con su olfato hasta trescientos diez aromas diferentes. Gregoria, moza levantina de nacionalidad indeterminada, insiste en que puede resistir el peso de un campeón de grecorromana sin que se altere el ritmo de su respiración.Finalmente, Lola consagra su amor a los pájaros y habiéndoles acostumbrado a tomar alpiste entre sus labios, afirma que nada hay comparable al suave picoteo de sus aéreos tentadores".
APÓLOGOS, Editorial Seix Barral. Barcelona, 1970. Luis Martín-Santos (1924-1964)
Texto encontrado aquí.

Imagen de la izquierda: ilustración de Joe Sorren.
::: Un álbum completo de Charlie Musselwhite.