Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Soccer girls.

24/6/06 | |

En literaturas.com hay un monográfico sobre fútbol, en donde entre otras cosas se encuentra un capítulo del libro Locas por el Fútbol de las periodistas españolas Eva Orúe y Sara Gutiérrez; aquí está un fragmento:
Si yo dispusiera de un sociólogo de confianza –escribió Josefina Carabias en 1949- le pediría que me explicase la razón de que el fútbol apasione tanto a las mujeres; porque, la verdad, por mucho que pienso no doy con ella. Entre las numerosas virtudes que desde los tiempos de nuestra madre Eva nos vienen atribuyendo los comentaristas galantes, no encuentro ninguna que me dé la clave de este enigma. Siempre se consideraron como virtudes típicamente femeninas la ternura, la abnegación, el sentido práctico y la economía. Piensen un poquito y díganme después si un encuentro futbolístico resulta campo apropiado para ejercitar ni exhibir alguna de estas hermosas cualidades que nos adornan”.

Ha pasado más de medio siglo desde que doña Josefina escribiera la frustración que le producía no entender el porqué de la pasión futbolística que encendía el rostro de algunas damas, y seguimos sin encontrar una respuesta plenamente satisfactoria. Hoy, el balompié arrastra a multitudes enfervorizadas, se ha convertido en un fenómeno de dimensiones universales, es, cada vez más, un lugar de encuentro para mujeres del mundo entero y, sin embargo, cuando planteas la cuestión a las hinchas, todas empiezan su argumentación con un dubitativo “no sé...” antes de lanzarse a un titubeante repaso de las razones más plausibles. Continuar leyendo...

::: Si les gustó la foto de arriba, por aquí hay más...y por acá, también.