Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

El adúltero por Santiago Roncagliolo

11/9/06 | |

"Olió a Blanca por primera vez una mañana, al inclinarse sobre su hombro para verificar unas cifras en su computadora. Llevaba dos años compartiendo con ella el diminuto cubículo, el reloj para marcar tarjeta y la máquina de café, pero sólo entonces se dio cuenta de que jamás había percibido el aroma de su cuello, justo detrás de las orejas, en combinación con el champú al huevo. A mucha gente le pasa eso de no oler a tiempo. Es más común de lo que parece.

A partir de ese día, López se esmeró por revisar cada milímetro de los presupuestos desde el hombro de Blanca, con un brazo sobre el teclado de la máquina y el otro apoyado en el respaldo de su asiento. Desde esa posición, podía aspirar sus efluvios en turnos de veinte minutos diarios tranquila y disimuladamente. Con la práctica, empezó a distinguir el champú con manzanilla del herbal enriquecido con miel y llegó a reconocer por lo menos cuatro marcas de jabón y una de crema humectante aromatizada.

La mejor hora para merodear por sus perfumes era después de almorzar, cuando los bostezos de Blanca abrían la puerta de su aliento de menta y fluor y, con suerte, hasta se desperezaba relajadamente dejando emerger su desodorante de bolita sensación fresh. Pero lo que realmente entusiasmaba a López no era el olor de todos esos químicos, sino su perfecta mixtura en Blanca. O incluso su ausencia. A veces, quizá por el invierno o por las prisas, ella llegaba a la oficina sin bañarse, con el pelo recogido en una cola de caballo tras una rápida lavada de las partes urgentes. Ésos eran los días que él más disfrutaba, cuando salía del trabajo llevándose el olor de Blanca en la mente, como una canción que se tararea distraídamente en el camino a casa". Continuar leyendo...

______________________________________________
Texto hallado en la revista Lateral.
Imagen tomada de aquí, gracias a A Best Truth.
::: Música de The Thermals (ZIP)