Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Lynda Carter, maravillosa.

13/9/06 | |

Vía Retro Crush (aunque creo que esta imagen alguna vez me la había pasado Juan Manuel) encontré esta foto, que me lleva directo a la infancia (¡enlázame, Wonder Woman!). Qué bella, la Lynda.

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