Sangrado, desdentado, iluso...Sergio Fonván apunta con su cabeza hacia la izquierda (siempre a la izquierda, es zurdo), una niña lo obseva. Fonván admite su apuesta rota, inútil, las palabras no se hicieron para él. Sanguijuelas de agua dulce le dictan absurdos poemas, teclea sobre la nevera apologías a Tinto Bras (él quisiera participar en alguna de sus películas) y llama repetidamente a mi número. No quiero contestar, preferiría hablar con los muertos:
- Sí...Sergio?
- Giovanni, amigo calamar, zurdo incandescente...
- Sin pendejadas, viejo.
- Terminé "Soreco, sucho, solitario", mi nuevo poema...profundo, Gio.
- ..................................
- Necesito conseguir un lugar para hacer la presentación de mi obra, ¿no me podés ayudar con el CESMAG?.
- Y por qué no en el Tulpasinga Nights o en Residencias Hawaii, con una negra sobre tus piernas (pero con cascabeles), mientras brota la poesía?
- UMMM, Sí, necesitaría no una, sino dos y a un maestro de ceremonias, qué tal el Pulgo y de paso me arregla los problemas de sonido en mi Simca.
- Está entrando otra llamada, Sergio.
-...y claro, con tabla de quesos y golpe e' tabla, si alcanza el presupuesto. E invitamos al alcalde o al gobernador, que igual aparecen en cuanto evento se haga en Pasto (siempre y cuando se ofrezca trago, por supuesto).
- También podrías llamar a uno de esos artistadiseñadores que pululan por aquí y les pides una instalación, pero bien chocoloca...Sergio, mañana tengo Medios Audiovisuales a las 7 am.
- En donde está el tipo que te dijo que a eso de mostrar películas en la clase no le veía sentido, que él ya las había visto todas (y analizado fotograma a fotograma)?
- Sí, el mismo...bueno, palabras más, palabras menos, eso dijo.
- Quieres que te lea un frag...
- No, no, mejor me sorprendes.
- ¿Bueno, y cómo terminamos?
- Simplemente cuelga.
Ilustración de Giovanni Clavijo.