Esta noche huele a blues (oh, oh, empecé mal); pero para mí blues no es sinónimo de tristeza ni de trago (que no todo en la vida se reduce a chumar como cosacos o como ipialeños). Blues es regocijo, buenas vibraciones, sensualidad, recuerdos de tardes enteras grabando en cassettes Maxell de 90 minutos, los programas de la Javeriana y la Radiofusora. Todavía tengo esos cassettes y suenan igual: allí está don Howlin', el Muddy, "madman" Mayall, Hound Dog Taylor, S.R. Vaughan, B.B. King, Magic Sam, Albert "born under a bad sign" King, Pappo, Robert Johnson, Bo Diddley, Buddy Guy, Rory "qué grande que eras" Gallagher y un extensisimo etcétera.
Lástima que mi grabadora Silver (la muy maldita) se tragara las cintas, lástima que otros cassettes se perdieran y lástima ante todo, por mi cassette de blues argentino. Pero la banda ancha -gracias, señor- es generosa y ya estoy recuperando el material.
Llueve afuera (escenario perfecto para un par de blues), llueve y yo tarareo Un montón de nada de la Memphis y es como si este fuera el momento más perfecto de mi vida; esto debe ser la felicidad...esto y poner una tras de otra, canciones de la Mississippi (siempre lamentaré no haberlos visto en Bogotá), Memphis la Blusera (qué será de mí, de vos, pienso...), las Blacanblús, Jaf, Pappo...sí, esto debe ser la felicidad.
_______________________________________________________
Y que no me digan argentinista, que la música colombiana también me gusta mucho.