Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

El árbol de la vida y la Ducati 750.

16/12/08 | |

EL ÁRBOL DE LA VIDA
Juan Pedro Aparicio
Encontró el árbol de la vida y no se lo dijo a nadie. Él solo comió de sus frutos. Y solo quedó en el mundo cuando la Humanidad desapareció.
Ahora busca por toda la eternidad el árbol de la muerte.