Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Las Vegas, tres décadas en la ciudad del pecado.

30/9/07 | |

Strippers, cantantes cocainómanos, magos con peluquín, tigres hambrientos...todo esto y mucho más en las fotografías de Robert Scott Hooper.
Alabanzas al Sr. Otomano.