Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea.
De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.
DEDICATORIA
Más allá de donde/aún se esconde la vida, queda/un reino, queda cultivar/como un rey su agonía,/hacer florecer como un reino/la sucia flor de la agonía:/yo que todo lo prostituí, aún puedo/prostituir mi muerte y hacer/de mi cadáver el último poema.
Leopoldo maría Panero.
De "Last River Together" (1980)