Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Poemas de José-Miguel Ullán

24/7/08 | |

De memoria

A Moisés Mori

Cuando le acusan de evasión, recuerda
los requiebros de algunos carceleros
a la hora de la modorra.

Vuelve en ello a ausentarse -ya escapado
de todo cuanto aquí pueda decirse.
Esto es un atraco

Si uno al otro hubiera podido
llegar con la congoja casi entera
a deshora
y tener la cabeza fría,
la mano fuerte, el corazón sin norte
o un asomo de voluntad, tendría
de todas formas que elegir a ciegas

y ahora
entre uno mismo y, no me digas
más,
Manuel.

Manjar lento

Benditas sean las cosas que llegan siempre tarde
y no lo sienten
-perdidas ya de vista o bien batidas
o incluso blanquecinas al sol del tacto-;

su demora nos libra del sofoco
propio de cualquier logro puntual
engullido
sin pasar por el paladar ("¡a otra cosa!")
de la gratitud no rentable.


José Miguel Ullán