Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Molina Campos, gauchos y abuelas

20/11/08 | |

Las reproducciones del trabajo de Florencio Molina Campos (en láminas o almanaques) son una presencia permanente en los quioscos de las principales zonas turísticas de Buenos Aires. En pocas palabras, señora Isabel, espere con ilusión su calendario repleto de gauchos.