Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Two masters of the blues

23/2/09 | |

Cartel diseñado por Jim Franklin.

La vi al salir de mi habitación. Quise cerrar los ojos, pero ya era demasiado tarde. Tenía la mirada abrasadora de Medusa y la voz de las sirenas. Tenía el cuerpo de Calipso y una reputación más cruel que la de Circe. Y yo, un Ulises accidental, me di cuenta de que estaba cayendo en todas las trampas a la vez. Tuve un segundo de vértigo y un minuto de fiebre cuando me dijo: "Nos vemos esta noche, ¿no...?".
Fragmento del cuento La feria del crimen, de Tonino Benacquista (incluido en La máquina de triturar niñas. Traducción de María Teresa Gallego Urrutia).