LA VELA CARMESÍ
Un hombre que yacía en su lecho de muerte llamó a su lado a su esposa, y le dijo:
—Estoy por dejarte para siempre; dame, entonces, una última prueba de tu afecto y fidelidad. Encontrarás en mi escritorio una vela carmesí, que fue bendecida por el Gran Sacerdote y tiene un peculiar significado místico. Júrame que mientras esa vela exista, tú no te volverás a casar.
La Mujer juró y el Hombre murió. En el funeral, la Mujer se mantuvo de pie a la cabeza del féretro, sosteniendo una vela carmesí ardiente, hasta que esta se consumió por completo.
Ambrose Bierce
LA VIUDA DEVOTA
A una Viuda que lloraba sobre la tumba de su esposo, se le aproximó un Caballero Atractivo que, de manera respetuosa, le aseguró que desde hacía tiempo abrigaba por ella los sentimientos más tiernos.
—¡Sinvergüenza! —exclamó la Viuda—. ¡Déjeme ya mismo! ¿Es momento para hablarme de amor?
—Le aseguro, señora, que no pensaba descubrir mis sentimientos —explicó humildemente el Caballero Atractivo—, pero el poder de su belleza venció a mi discreción.
—Tendría que verme cuando no estoy llorando —dijo la Viuda.
Ambrose Bierce
En la foto, Anne Baxter (Gardenia azul)
A una Viuda que lloraba sobre la tumba de su esposo, se le aproximó un Caballero Atractivo que, de manera respetuosa, le aseguró que desde hacía tiempo abrigaba por ella los sentimientos más tiernos.
—¡Sinvergüenza! —exclamó la Viuda—. ¡Déjeme ya mismo! ¿Es momento para hablarme de amor?
—Le aseguro, señora, que no pensaba descubrir mis sentimientos —explicó humildemente el Caballero Atractivo—, pero el poder de su belleza venció a mi discreción.
—Tendría que verme cuando no estoy llorando —dijo la Viuda.
Ambrose Bierce
En la foto, Anne Baxter (Gardenia azul)