Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea.
De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.
De cine y otras labores misceláneas: Documaníaco/Visiones metafóricas/Shangri-La, deriva y ficciones aparte/Fuera de campo, otro cine es posible/Russ Meyer o la mirada del erotómano, para los fanáticos de las películas de flotadores/Comandantes del ritmo 2009, una selección musical descargable, cortesía de la revista Shock.