Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Entre la insostenible levedad y el irremediable peso de las palabras, la frustración del escritor perfeccionista.

8/4/09 | |

El trabajo fotográfico del mexicano Marco Antonio Cruz (Puebla, 1957-).
El cuento se escapó de sus manos y subió rápidamente en el aire hasta perderse de vista. Recomenzó, usando palabras pesadas. El cuento resbaló de la hoja de papel y se hundió, perdido sin remedio. Cuando, persistente, acabó el tercero, con palabras de apropiada densidad, ya había vencido el plazo.
Joao Ventura.