Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Hitchcock en los cielos

4/4/09 | |

MONA LISA ENCUENTRA A BUDA

Allá arriba, en el cielo, las cortinas ondularon, las cortinas ondularon, las cortinas ondularon y Mona Lisa entró por un extremo de una pequeña sala en la que colgaban muchas cortinas.
Allá arriba, en el cielo, las cortinas ondularon, ondularon, ondularon, y el Buda entró en la sala por el otro extremo.
Se sonrieron.
Spencer Holst

HITCHCOCK
Para S. GvH.

Como todos sabemos, Alfred Hitchcock aparece unos cuantos segundos en todas y cada una de sus películas. Gran orquestador de bromas macabras, Hitchcock hizo un pacto con la muerte: aparecerá unos cuantos segundos en todas y cada una de nuestras vidas. Lo veremos a lo lejos, cruzando la calle entre la multitud; lo veremos asomarse detrás de unos arbustos, o reflejado en el espejo de un bar, o a bordo de un taxi que se aleja cualquier noche, cualquier año… Hay que estar atentos.
Ricardo Bernal