Un gato descabezado maúlla sin tregua. Todo va a andar bien, augura. Otro de soslayo, desconfía en celo. Dos viejos brindan con cartones de cristal. Ríen desdentados su ritual de alcohol y muerte. Dos chicos aspiran pegamento, patean unas latas se deslizan por el barro.
No tienen tiempo, duele el celo, el vino en el barro. Argumentos aspirados. No están preparados para la caricia de la espera y las ilusiones de cartón. Ya no hay razones para patear latas vacías. Guardan sus voces y la cabeza del gato en un cajón.Marta Urtasun.